miércoles, 24 de septiembre de 2014



LA ADOLESCENCIA DUELE

 Después de varios días sin salir de su habitación, Adrián fue hacia la casa de jorge, su amigo del alma. Fue por decisión propia, ya que sabia que el, podía tener la pieza que le faltaba a su rompecabezas de 1000 piezas, ese que alguna vez habían armado juntos en casa de Jorge.
  Adrián era un obsesivo en cuestiones lúdicas, era una persona introvertida, temerosa y era de esos que en su cuarto, además de cama, mesa de luz, PC, Play y Televisión, tenían juguetes a montones, Rastis a cucharadas, juegos de mesa a roletes y rompecabezas chicos y grandes que ocupan el interior completo de un placard incrustado. Tenia un buen pasar económico, gracias a sus padres, dueños de una importante fabrica de productos de plástico y era dueño de unos 19 años que llevaba con total soltura y desolación. Con la secundaria ya consumada, el solo le dedicaba tiempo a los juegos de su habitación.
  Toca el timbre en lo de Jorge y lo atiende la chica que limpia.
- Hola Adrián! – Dijo la chica, alegre.
- Hola - respondió.
Cristina hizo su cuerpo hacia un costado, y el captando el mensaje, dio el primer paso hacia el interior del living.
- Subí, Jorge está en su cuarto, ojo, esta con Clarita – Comento Cristina con tono cómplice.
Adrián se asomó al pié de la escalera. Como cuidadoso. Sin querer interrumpir. Con su pierna derecha trepo dos escalones y mientras se agarraba de la baranda con su mano izquierda gritó:
- Jor..!!! -  Desde su lugar, Adrián pudo escuchar un ruido fuerte, como si al piso hubiera caído una silla o algo así, y volvió a gritar:
- Jor…!!!.
-¡Si!, ya bajo!!! – Respondió Jorge con vos alta, fuerte y varonil
¿Que había pasado?, en esos segundos desde que Jorge respondió hasta que bajó, Adrián pudo hacerse varias preguntas, cosas que hasta acá, nunca se había preguntado, como por ejemplo, ¿A que juego estarían jugando Clara y Jorge? ¿Por qué no le dijo subí, en vez de ya bajo? ¿Qué juego sería tan divertido como para jugarlo de a dos sin un tercero que altere la situación con comentarios disparatados? Y la ultima y la mas resonante en su cabeza fue ¿estarán jugando estos dos?
Fue ahí cuando llegó Jorge, en su casa tenían loza radiante, así que bajó de esa habitación en cueros, con un Jean que dejaba ver el elástico de su boxer blanco y en medias del mismo color que el boxer. Entonces, Adrián supo responderse, quizá la menos imaginada, pero si la más acertada de sus preguntas y entendió que ellos dos, no estaban jugando, al menos, con Rastis, Rompecabezas, Juegos de mesa o juguetes. Entonces, se sintió mal, se sintió molesto y hasta un poco celoso, por su amigo, y por ahí también, por la situación.
-Que haces nene, no me avisaste que venias – Reclamo Jorge sorprendido,
-Si es verdad, yo tampoco sabía que iba a venir – Respondió Adrián
-¿Que pasó? Estoy con Clara arriba, sos corta mambos eh…  
Jorge le hablaba a Adrián de tal manera, que parecía enojado, pero en realidad, el no se enojaba por eso, incluso Clara, no era nada para el, así que por eso no se hacia problemas.
El problema se lo hacía Adrián, que conocía a Jorge desde los tres años casi. Compartiendo todo el jardín, la primaria y la secundaria,  pero parecía no conocerlo. Adrián logro salir de la situación, diciendo que no se haga problemas, que no era nada importante, que solo venia para ver con el, los cuartos de “La Champions” entre el Barza y el Bayer, e insistiendo ante la insistencia de Jorge por que se quede, abrió la puerta y salio como un amigo que dejaba que su amigo comiera tranquilo.
Cerrar la puerta fue toda una herejía.
Cerrar la puerta en ese momento, simbólicamente, fue como cerrar una etapa de su vida. Ahí se dio cuenta que necesitaba otra cosa, que no podía seguir así y que tenia que cambiar, sabia que debía empezar a salir de noche, que debía tener una vida social un poco mas ajustada a la de los demás y que no podía conformarse solo con masturbarse mirando videitos de “YouPorn”. El ya era grande, y tenía que hacerlo con alguien más, no masturbarse, si no hacer el amor. Así que llegó a su casa y camino a su habitación, se detuvo ante el espejo del living, se miro y dijo: “Todo muy lindo… pero los granos, no me los saca nadie”
  Adrián sabía que su trabajo no seria fácil, y que debería “Lookearse” bastante para salir al mundo exterior.
En ese ínterin, sintió que su padre había llegado de la fábrica y decidió bajar a hacerle unas preguntas sobre la vida misma, sobre la realidad, el día a día, las mujeres y los negocios, el quería hacerse grande de un momento a otro, por que sabía que había perdido el tiempo.
-          ¿Que haces Pá., como estas? – Pregunto inocente
-          ¿Que haces, que te pasó que estás acá abajo, ya armaste todos los rompecabezas que tenias?¿Necesitas mas juegos para la Play?
-          No… Nada, deja, Gracias.
 Esa timidez que había intentado sacarse de encima en las ultimas horas, el padre se encargó de colgársela nuevamente en la espalda como un mochila con ladrillos colorados.
  Adrián estaba ofuscado, sin saber que hacer, Fue hacia su habitación y no sabía muy bien cuales eran sus sensaciones o sus ganas, sus pensamientos pasaban desde matar a su padre a hacerse Emo y auto flagelarse para llamar la atención, pero sabía que eso no era lo que quería.
  El timbre sonaba por primera vez en el día en la casa de Adrián, le restó importancia y esperó a que otro atendiera la puerta, mientras, seguía con la creación de su Blog “La adolescencia, duele”, producto de no querer matar a su padre, ni tampoco hacerse Emo.
Pensó, que quizá, en un Blog podría encontrar respuestas, y comentarios agradables que le ayuden en esta etapa.
-          Adrián..!!! sos boludo, ¿no escuchas el timbre…!!!? - Grito su padre.
  Adrián, resoplo una y otra vez bajando la escalera para ir a atender la puerta, miró por la mirilla y pudo ver, que del otro lado, estaba, nada mas, ni nada menos que Clara, cerró la tapa de la mirilla, y se apoyó de espaldas a la puerta. En ese momento, sintió que un Boeing 747 que pasaba sobre su casa, había sido atacado por una manada de chanchos voladores que perdieron el rumbo y fueron succionados por una turbina del avión, haciendo que este se cayera justo sobre su humanidad. No podía entender que es lo que hacia ahí, Clara, la “amigovia” de su amigo. Su ex compañera de clases. Aunque el sabia que con Jorge no pasaba nada, hacia unas horas ella estuvo en su casa, y, mínimamente, estuvo delante de un Jorge con el torso desnudo.
Otra vez, las preguntas le invadieron el cerebro ¿Qué haría Clara ahí? ¿Querrá una pieza de un rompecabezas? ¿Necesitara que la ayude en algo para la facultad? ¿Querrá saber como salió el Barza? ¿Vendrá decidida a tener sexo con migo?, segundos bastaron para que Adrián sienta al Boeing caérsele encima y que además se hiciera todas estas preguntas, que se acabaron, cuando sintió que Clara tocaba una vez mas el timbre de su casa. Abrió la puerta, y ahí estaba ella, Clara era una chica de generosa delantera, diminuta cintura y piernas que parecían de un manequee, tenia unos ojos del color de las antiguas botellas de vidrio verde, que te hipnotizaban con solo verlos, sus labios eran los mas tentadores que alguna vez, Adrián habría visto, y para colmo de males, una simpatía única.
  Hacía unos largos meses que no se veían, y el episodio en la casa de Jorge, había hecho que Clara tenga ganas de verlo.
-          Hola, Clara… ¿Cómo estas tanto tiempo? – Pregunto Adrián.
-          Bien, bien… respondió Clara
Adrián, ingenuamente,  intento seguir con el cuestionario bajo el marco de la puerta de su casa, a lo que consiguió un reclamo de Clara
-          No me vas a hacer pasar – Preguntó.
-          Si claro, perdón, Clara... je je..!, respondió Adrián titubeando. Pero sin dejar el humor para otro momento.
Corrió su cuerpo para un costado, al igual que lo había hecho hace unas horas Cristina, y Clara llevo todo ese cuerpo hacia el living, muy suelta, muy despreocupada de la situación, como buscando, valla a saber uno que cosa. Atento, Adrián le pregunto si quería tomar algo, Unos mates, dijo ella con gusto. El estaba en un serio problema. ¿Como le diría a Clara que no tomaba mate y que solo tomaba Zucoa?. Decidió hacerse fuerte y preparar, sin saber como, unos mates, Fue a la cocina que estaba pegada al living, prendió la hornalla, lleno la pava de agua y la puso a calentar, vació el mate de yerba que habían usado sus padres, lo lavo con agua caliente, y comenzó a recordar momentos que compartía con su madre, mientras ella preparaba mate, el necesitaba saber, como se hacia sin preguntarle a Clara para no pasar vergüenza, así que volcó yerba en el mate hasta la mitad, puso la bombilla y sobre la bombilla, azúcar. A todo esto, sintió voces en el living, desesperado, dejo todo sobre la mesada y corrió hacia allá como si fuera en rescate de la princesa acechada por el dragón.
Al llegar, vio a su padre hablando con Clara, con miedo de que este le hiciera pasar vergüenza o que le arruinara el momento, solo le salio una frase: “¿Vamos a mi habitación?”, volvió hacia la cocina, agarro una bandeja de plata de su madre, coloco el mate, la azucarera y la pava sobre ella, y haciendo equilibrio, fue caminando hacia el living, Clara saludó al padre, y atenta, le agarro la pava de la bandeja “Dame, que tenemos que subir la escalera y se puede resbalar”, le dijo, a lo que el padre acotó “ja!, se ve que te conoce bien”, Los cachetes de Adrián se volvieron rojos, los ojos, como el dos de oro, y tratando de volver todo a la normalidad y sacando pecho ante tamaña situación respondió: “Me conoce mucho más de lo que vos crees”.
Adrián comenzó a subir esos escalones victorioso, le había contestado a su padre, algo, que quizá nunca habría hecho en otra situación, pero sabia que si en esta no lo hacía, iba a dar una mala imagen ante su vieja amiga. Al llegar al cuarto, Clara le pregunto por sus cosas, “Hay, me muero… seguís siendo un nene, sin saber que decir, contesto:
-          Perdonalo a mi viejo, pareciera que a veces quiere que la pase mal
-          No, todo bien… quedate tranquilo, conozco a los viejos, al de los demás, menos al mío, je! Está todo bien, igual, estuviste rápido para contestarle eh…
-          Si, por eso también te pido perdón, se que por ahí te deje mal parada a vos, pero fue lo primero que se me ocurrió...
-          Nene,¿podes dejar de pedir perdón…?
-          Si, tenes razón… perdoname… huy que idiota, ja!
  La charla se iba tornando cada vez mas suelta, por lo menos para Adrián, que era quien no estaba acostumbrado a esas situaciones. Volcaba el agua sobre el mate y sabia que recordaría esa tarde para el resto de su vida, era la primera vez, que cebaba mate, y, por las caras de Clara, lo hacia muy bien.
  De un momento a otro, mientras los dos estaban sentados en el piso, Clara acerco su cara hacia la de Adrián, y como quien no quería la cosa le dio un beso. El sabia, que ahora si, no se olvidaría nunca más de esa tarde, no solo por que era la primera vez que cebaba un mate, si no también, por que era la primera vez que una chica lo avanzaba y le daba un beso. Nervios, se dejo llevar, apoyo su mano derecha sobre el piso y con la izquierda tomo el costado derecho de la cara de Clara, eran besos muy tiernos, muy apasionados, y cada vez, mas intensos.
Pensaba si tendría, en ese momento, su primera vez, recordaba si tenía preservativos, y recordó, que en una billetera vieja de su mesa de luz, había dejado tres, los mismos tres que llevo a Bariloche por si las moscas y que obviamente, nunca uso. Ya estaba tranquilo, el momento, no podía arruinarse por nada del mundo. Iba a ser ese día, a esa hora y en ese lugar, iba a recordar ese día por cosas mucho mas importantes que una cebada de mate o la avanzada de un chica, iba a recordar ese 12 de mayo, como el día que debuto, el día que tuvo su primera relación sexual y se sentía orgulloso de no pagar por eso.
Se dejaba llevar por la situación, de besos intensos pasaron a manotazos de ahogado con destino incierto, ella, tomo la iniciativa y con sus dos manos, tomo los costados de la remera de Adrián a la altura de su cintura y levantándola, obligo a que este levantara los brazos para que la remera salga de su cuerpo, ya con el torso desnudo, ella comenzó a bajar su cabeza, a darle besos en el cuello y en los hombros, el, mientras tanto, parecía un hincha de un club chico, festejando en el campo de juego donde se había jugado la final de la libertadores, que su equipo había ganado, tenia el rostro sonriente pero sin sonrisa, quería disfrutar de lo que vivía, pero no mostrar demasiado, mientras tanto, ella llego al cinturón, el, acarreado por la lujuria y el placer, tiró su cuerpo hacia atrás y lo apoyo sobre la parte trasera del respaldo de la silla de la PC y coloco su antebrazo derecho, en un balde de Rastis. A todo esto, ella desabrocho el cinturón con sus dos manos, sin dejar de besarle la panza, a pesar de no hacer mucha actividad física, el tenia los abdominales, visiblemente marcados, algo que a ella la excitaba. 
Comenzó a bajar lentamente el cierre del pantalón…
-          No, para! ¿Que estoy haciendo?- Se preguntaba Clara después de haber interrumpido abruptamente la sesión de besos.
-          ¿Que pasó, que hice?- Pregunto asustado.
-          Nada, vos nada, vos sos un divino, pero yo… yo no se que hice, ni que hago acá, o sea, acá, si… esta todo bien, pero haciendo esto, que se yo no se si dá – Confesó Clara muy confundida
-          Claro que dá, como no va a dar, por que no va a dar, ¿Qué pasó? ¿Qué pasa? ¿No te gusto?,¿es mi habitación?, ¿es el boxer?
-          No… ja! Nada de eso, es que hace unas horas estaba con Jorge, y el es tu amigo… y que se yo, y vos también sos mi amigo, y no se si da para cagar todo por una calentura pasajera.
 Adrián, además de tener ganas de mandarla a la mierda por todo lo que estaba escuchando, tenía ganas de decirle:
¿Pasajera? ¿Por que pasajera? ¡Te aseguro que pasas el viernes que viene a visitarme y todavía la tengo dura!; ¿Jorge?, ¿cual es la onda con Jorge?, ¿Pasa algo entre Uds.?, por que hasta donde yo se vos no sos nada para el; ¿Amigos? ¿Somos amigos? ¿De que amistad me hablas? Hace mas de un año que no nos vemos, ni nos llamamos ni se nada de vos ni vos de mi, ni siquiera te tengo en Tweeter, ni en Facebook, vos no tenes mi celu, ni yo el tuyo, no tenes mi pin, ni siquiera en la reunión con los chicos de la secundaria te vi, ¿así que de que amigos me hablas?
  Pero nada de esto podía decirle, solo podía pensarlo, el necesitaba sacar esta situación adelante, necesitaba remontarla, por el mismo y  por que el de abajo estaba a punto de explotarle y no quería que sea una vez mas contra el inodoro del baño de su habitación, así que resoplo nuevamente, cerró los ojos e intentando convencerla dijo:
 -  Esta bien, como quieras, hace lo que te parezca, que se yo, pero creo que no deberías sentirte culpable por todas esas cosas que dijiste, al fin y al cabo estamos solos y nadie tiene por que enterarse de esto, además somos grandes y sabemos lo que hacemos… Pero no te hagas drama, yo te juro que te entiendo y va a estar todo bien.
 Adrián parecía muy maduro, con mucha experiencia, como si hubiera vivido un centenar de situaciones similares. Clara se levanto del piso, le pidió perdón, y le preguntó si lo acompañaba hasta la  puerta, el, caminando como “Gargamel” por el intenso momento, la acompaño, abrió la puerta, Clara le dio un beso largo y con los ojos cerrados en la mejilla izquierda, como lamentando lo sucedido, el cerro la puerta y subió corriendo a su habitación.

Definitivamente, Adrian, recordará ese 12 de Mayo, como el día que se masturbo 8 veces en una hora, sin ver un video de “You Porn”.



Escrito por JmL en el mes de Mayo de 2011, publicado en Cuentopia, el 24-09-2014.



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