Los juguetes de nuestros niños, en algún momento, se transforman en simples obstáculos con forma de juguetes, después de unos años, ellos dejan de usarlos, y créanme, estoy siendo muy generoso cuando digo “Algunos años”.
El punto es, que hace un par de sábados atrás estaba en el patio de casa lo ví sucio y decidí limpiarlo, bueno, en realidad, mi mujer me pidió por favor que lo hiciera. Es un lugar sin techo, con árboles por doquier, pajarillos y palomas dando vueltas por ahí, por lo tanto, el piso, queda realmente sucio después de que estos bichos voladores cagan desmesuradamente como si este fuera un inodoro gigante o algo por el estilo. Cynthia me alcanzó el escobillon, el detergente y la lavandina, para que la limpieza sea un poco más profunda, mi cansancio, aun mayor, y la puta madre que lo parió. Ya resignado, me descalzo para no manchar mis zapatillas Adidas ultimo modelo que traía puestas, que loco, esto de ultimo modelo es una mentira, ¿se dieron cuenta que hoy en día las zapatillas ya no son ultimo modelo? Hoy te sacan una zapatilla nueva por día, y me quedo corto con una, seguramente sacan hasta tres, o ¿Quién sabe? Quizá, millones.
Mi patio, esta dividido en dos, con diferentes alturas y con diferentes pisos, o sea, son dos patios, yo, primeramente, me dirigí al patio de atrás, en donde tengo el “Chulengo”, si ya se, ¿Qué es el Chulengo?, el Chulengo es la parrilla esa que te hacen los herreros con un tacho de 200 lts. de aceite o algún otro combustible, lo parten al medio transversalmente y le meten dos bisagras, de esa manera ya tenes, para que te des cuenta, algo así como una “waflera” gigante pero con forma de tacho de 200 lts. Después agarran unos ángulos de fierro y se lo ponen haciendo las veces de patas, obviamente, le ponen una en cada punta y adentro de la “Waflera” le meten como una rejilla, de acero también, que es donde vas a poner el asado, o en mi caso, los paty´s. Este es el patio, en donde además de los pajaritos y las palomas, también caga Y mea Fiona, mi perra. Como si todo esto fuera poco, cuando llego al patio, me encuentro dos huevos de tamaño “Mini” con dos pajaritos muertos en su interior, se ve que la boluda de la “pájara” mamá quiso salir volando por alguna razón que aun desconocemos y con el envión, empujo los pobres huevitos al vacío, y bueno, dos menos para que caguen en mi piso. Fui otra vez hacia la cocina, Cynthia estaba haciendo una limpieza general en ella, en la cocina… claro. Le pido por favor que me de una bolsa de consorcio para poder tirar los pajaritos, las hojas de los árboles, los carbones húmedos y viejos que quedaron en el Chulengo y los soretes de toda la fauna que habita en mis patios. Vuelvo, y comienzo con la recolección. Asco, mucho asco, eso era lo que me generaba toda esa situación, hice todo lo más rápido posible y me fui hacia la parte de adelante, al bajar el escalón, por quitar una rama de enfrente mío que estaba por darme en el ojo derecho, piso un camión DURAVIT de mi hijo. Aclaración: Los DURAVIT ya no son como eran, estos son de plástico y tienen pinta de garcha terrible, descomunal, alucitropica. Ahora viene la parte donde digo que los juguetes de nuestros niños, se tornan en algún momento, obstáculos molestos que circulan cada metro de la casa como si alguien fuera corriéndolos adrede para que nos tropecemos o lo que es peor, lo pisemos y nos caigamos. Como me pasó a mí. Caigo con toda la fuerza y el peso de mi cuerpo al piso, mejor dicho, a los pisos, por que mi mitad superior reposo en el patio trasero, y la mitad inferior en el otro, para ser mas exactos, el escalón, tenia una contienda muy difícil, pero que ganaría por KO, a mi cadera izquierda. No obstante esto, el palo del escobillon, me dio en la cabeza cuando cayó. En ese momento, mi mente se lleno de preguntas ¿Qué mierda tenia que hacer yo, limpiando el patio de casa de tal manera? ¿Por qué no lo estaba haciendo Cynthia? ¿Cómo es que me distraje con una rama y no pude ver el camión? ¿Qué mierda hacia ese camión ahí? ¿Podría levantarme? ¿Cynthia se habrá dado cuenta de que caí? Lo único que puede responderme, es que Cynthia ni se había mosqueado de mi dificil momento, así que solito y solo, tuve que hacer fuerza, y mucha, para ponerme de pie y hacer lo que tenia que hacer, que a esta altura, tenia mas ganas de entrar al baño y pegarme una ducha, que de seguir haciendo mis tareas hogareñas, pero bueno, como soy bien hombre, seguí limpiando el patio. Fui hasta la pileta del lavadero y coloque la manguera en la canilla del agua fría, la abrí, busque la otra punta de la manguera y me fui otra vez hacia el patio trasero, encaro hacia el con la manguera ya despidiendo agua, y antes de llegar, veo al DURAVIT, no eran como los de antes, pero que resistían, resistían, se había bancado unos 105 kilitos sin rajarse siquiera. Parecía una película de Cowboy´s, lo mire fijo, el me miro fijo, comencé a caminar lentamente con mi mano izquierda en la cintura y la única idea que podía existir en mi mente en ese momento era vengarme con una patada que fuera directa a la parrilla de aquel camión volcador, seguí caminando, en el ambiente solo se escuchaban los pajaritos de mierda y a Ricardo Arjona cantando siempre en el mismo tono, muy de fondo, mientras le hacia compañía platónica a mi mujer que ahora, limpiaba el living de casa. Pensé que nada podía arruinar ese momento y que la venganza vendría inminentemente, levante hacia atrás la pierna derecha, llevando mi talón hacia la nuca, y la deje caer con unas ganas únicas, mientras que a mitad del viaje, siento: ¡¡¡ Tano!!!,
Y ya estaba, la cagada ya estaba hecha, le encaje una patada a ese camión, que en la vida se va a olvidar de quien soy, pero yo me tenía que bancar el vuelto, al darme vuelta tendría a mi señora en fiel defensa del juguete de su hijo, el sermón comenzó sin darme lugar a que le explicara nada. Dije si mi amor, me di media vuelta, y encare otra vez hacia el patio trasero a terminar de baldearlo.
Lo único que me queda claro en todo este tema, es que me di cuenta de que las mujeres son fieles defensoras de los “Juguetes – Obstáculos”, que no querrán tirarlos por nada del mundo y que les cuesta mucho entrar en razón y darse cuenta de que ellos tienen una vida útil, como los preservativos. Quizá, lo hagan a la fuerza cuando vean al hijo de 13 años sentado sobre el caballito azul de goma con sus dos manitas agarrando las orejas con forma fálica de esta diabólica criatura, o masturbarse contra el muñeco vinilico que nunca se cae.
Mi patio, esta dividido en dos, con diferentes alturas y con diferentes pisos, o sea, son dos patios, yo, primeramente, me dirigí al patio de atrás, en donde tengo el “Chulengo”, si ya se, ¿Qué es el Chulengo?, el Chulengo es la parrilla esa que te hacen los herreros con un tacho de 200 lts. de aceite o algún otro combustible, lo parten al medio transversalmente y le meten dos bisagras, de esa manera ya tenes, para que te des cuenta, algo así como una “waflera” gigante pero con forma de tacho de 200 lts. Después agarran unos ángulos de fierro y se lo ponen haciendo las veces de patas, obviamente, le ponen una en cada punta y adentro de la “Waflera” le meten como una rejilla, de acero también, que es donde vas a poner el asado, o en mi caso, los paty´s. Este es el patio, en donde además de los pajaritos y las palomas, también caga Y mea Fiona, mi perra. Como si todo esto fuera poco, cuando llego al patio, me encuentro dos huevos de tamaño “Mini” con dos pajaritos muertos en su interior, se ve que la boluda de la “pájara” mamá quiso salir volando por alguna razón que aun desconocemos y con el envión, empujo los pobres huevitos al vacío, y bueno, dos menos para que caguen en mi piso. Fui otra vez hacia la cocina, Cynthia estaba haciendo una limpieza general en ella, en la cocina… claro. Le pido por favor que me de una bolsa de consorcio para poder tirar los pajaritos, las hojas de los árboles, los carbones húmedos y viejos que quedaron en el Chulengo y los soretes de toda la fauna que habita en mis patios. Vuelvo, y comienzo con la recolección. Asco, mucho asco, eso era lo que me generaba toda esa situación, hice todo lo más rápido posible y me fui hacia la parte de adelante, al bajar el escalón, por quitar una rama de enfrente mío que estaba por darme en el ojo derecho, piso un camión DURAVIT de mi hijo. Aclaración: Los DURAVIT ya no son como eran, estos son de plástico y tienen pinta de garcha terrible, descomunal, alucitropica. Ahora viene la parte donde digo que los juguetes de nuestros niños, se tornan en algún momento, obstáculos molestos que circulan cada metro de la casa como si alguien fuera corriéndolos adrede para que nos tropecemos o lo que es peor, lo pisemos y nos caigamos. Como me pasó a mí. Caigo con toda la fuerza y el peso de mi cuerpo al piso, mejor dicho, a los pisos, por que mi mitad superior reposo en el patio trasero, y la mitad inferior en el otro, para ser mas exactos, el escalón, tenia una contienda muy difícil, pero que ganaría por KO, a mi cadera izquierda. No obstante esto, el palo del escobillon, me dio en la cabeza cuando cayó. En ese momento, mi mente se lleno de preguntas ¿Qué mierda tenia que hacer yo, limpiando el patio de casa de tal manera? ¿Por qué no lo estaba haciendo Cynthia? ¿Cómo es que me distraje con una rama y no pude ver el camión? ¿Qué mierda hacia ese camión ahí? ¿Podría levantarme? ¿Cynthia se habrá dado cuenta de que caí? Lo único que puede responderme, es que Cynthia ni se había mosqueado de mi dificil momento, así que solito y solo, tuve que hacer fuerza, y mucha, para ponerme de pie y hacer lo que tenia que hacer, que a esta altura, tenia mas ganas de entrar al baño y pegarme una ducha, que de seguir haciendo mis tareas hogareñas, pero bueno, como soy bien hombre, seguí limpiando el patio. Fui hasta la pileta del lavadero y coloque la manguera en la canilla del agua fría, la abrí, busque la otra punta de la manguera y me fui otra vez hacia el patio trasero, encaro hacia el con la manguera ya despidiendo agua, y antes de llegar, veo al DURAVIT, no eran como los de antes, pero que resistían, resistían, se había bancado unos 105 kilitos sin rajarse siquiera. Parecía una película de Cowboy´s, lo mire fijo, el me miro fijo, comencé a caminar lentamente con mi mano izquierda en la cintura y la única idea que podía existir en mi mente en ese momento era vengarme con una patada que fuera directa a la parrilla de aquel camión volcador, seguí caminando, en el ambiente solo se escuchaban los pajaritos de mierda y a Ricardo Arjona cantando siempre en el mismo tono, muy de fondo, mientras le hacia compañía platónica a mi mujer que ahora, limpiaba el living de casa. Pensé que nada podía arruinar ese momento y que la venganza vendría inminentemente, levante hacia atrás la pierna derecha, llevando mi talón hacia la nuca, y la deje caer con unas ganas únicas, mientras que a mitad del viaje, siento: ¡¡¡ Tano!!!,
Y ya estaba, la cagada ya estaba hecha, le encaje una patada a ese camión, que en la vida se va a olvidar de quien soy, pero yo me tenía que bancar el vuelto, al darme vuelta tendría a mi señora en fiel defensa del juguete de su hijo, el sermón comenzó sin darme lugar a que le explicara nada. Dije si mi amor, me di media vuelta, y encare otra vez hacia el patio trasero a terminar de baldearlo.
Lo único que me queda claro en todo este tema, es que me di cuenta de que las mujeres son fieles defensoras de los “Juguetes – Obstáculos”, que no querrán tirarlos por nada del mundo y que les cuesta mucho entrar en razón y darse cuenta de que ellos tienen una vida útil, como los preservativos. Quizá, lo hagan a la fuerza cuando vean al hijo de 13 años sentado sobre el caballito azul de goma con sus dos manitas agarrando las orejas con forma fálica de esta diabólica criatura, o masturbarse contra el muñeco vinilico que nunca se cae.
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