La culpa esta ahí,
pegándote en el cerebro y en el corazón, cuando un hijo sufre por tus actos.
La culpa se hace
presente y con ella, la vergüenza, son dos aliados totalmente combinables
cuando se trata del dolor, cuando hay que hacer un Mea culpa, cuando te das
cuenta de que todo lo hiciste mal.
Por eso hablo de
esto, por que estas dos palabras - Ojala sean solo palabras - están en mi hoy,
van del corazón a la cabeza, y de la cabeza al corazón, sin descansar, quieren
que sepa que están ahí, y por suerte, o no… lo se, me doy cuenta, y es el dolor
quien me hace saber de ellas, es gracias al dolor, que empiezo a analizar
situaciones, momentos, acciones en las que no hice lo correcto. Me equivoque,
claro, cualquiera diría, es de humanos equivocarse, el que hace se equivoca,
pero una cosa es equivocarse con una cosa, y otra muy distinta, es equivocarse
y hacerle mal a alguien. Es jodido, y mas aun, si es a mas de una persona a
quien le haces el mal.
Por eso, la culpa y
la vergüenza, en este momento viven en mi, no se hasta cuando, lo que si se, es
que por el momento, puedo ver sus comodidades en mi, puedo ver que decidieron
llegar para quedarse, y seguramente de mi dependa la fecha de salida de estos
dos intrusos.
JmL
02/02/2017
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