viernes, 3 de febrero de 2017

El dolor de la vergüenza.



La culpa esta ahí, pegándote en el cerebro y en el corazón, cuando un hijo sufre por tus actos.
La culpa se hace presente y con ella, la vergüenza, son dos aliados totalmente combinables cuando se trata del dolor, cuando hay que hacer un Mea culpa, cuando te das cuenta de que todo lo hiciste mal.
Por eso hablo de esto, por que estas dos palabras - Ojala sean solo palabras - están en mi hoy, van del corazón a la cabeza, y de la cabeza al corazón, sin descansar, quieren que sepa que están ahí, y por suerte, o no… lo se, me doy cuenta, y es el dolor quien me hace saber de ellas, es gracias al dolor, que empiezo a analizar situaciones, momentos, acciones en las que no hice lo correcto. Me equivoque, claro, cualquiera diría, es de humanos equivocarse, el que hace se equivoca, pero una cosa es equivocarse con una cosa, y otra muy distinta, es equivocarse y hacerle mal a alguien. Es jodido, y mas aun, si es a mas de una persona a quien le haces el mal.

Por eso, la culpa y la vergüenza, en este momento viven en mi, no se hasta cuando, lo que si se, es que por el momento, puedo ver sus comodidades en mi, puedo ver que decidieron llegar para quedarse, y seguramente de mi dependa la fecha de salida de estos dos intrusos.

JmL
02/02/2017

“Solo la soledad trae buenos pensamientos, aunque tenga mala prensa, de vez en cuando es bueno acudir a ella para obtener buenos resultados”