miércoles, 18 de julio de 2012

Piensa Lola... Piensa


En algún lugar de la ciudad, estaba Lola deprimida, su hombre la había dejado, sin siquiera una explicación, buscando alguna en su atmosfera, miraba hacia todos lados desconcertada, pero nadie explicaba nada, ya nadie le prestaba atención.
            Su vida fue de mayor a menor, al principio estaba segura de lo que quería, estaba segura de la persona que tenia al lado, estaba en paz con todo lo que habían logrado en 6 años de noviazgo, la pareja se afianzaba y sus vidas ya eran una

De un momento a otro, la vida de Lola cambio, ya no era lo mismo, todo se desvaneció, el la miro y le dijo: “Loli, esto ya no va más, me canse” y así como se cansó, se fue.
Ella no entendía bien lo que había pasado, por que el se había cansado, ella creía que una pareja se formaba y se mantenía con el día a día, llevándola lo mejor posible, pero el creía otra cosa, totalmente distinta, el tenia bien claro que errores hay de los dos, y que las virtudes también eran compartidas, pero su manera de pensar y de vivir la vida, su amor por ella, hacia que el sea un ser especial para con ella, romántico, cariñoso, atento, caballero, bueno y por sobre todas las cosas con defectos como los de cualquier ser humano.

Lo que pasó, fue que el se canso de recibir siempre negativas ante alguna propuesta suya, ya sea para hacer el amor, o ir al cine un lunes, o salir a comer afuera o cometer alguna locura propia de un adolescente, se canso de pedir que le hable bien, y se canso de las malas caras que ella le ponía, hacia años que el venia sintiendo estas cosas y por amor a ella, siempre decidió patear para adelante. Pero hasta acá llego…

Hoy Lola esta desconcertada y sola… seguramente tendrá mucho para pensar.

By JML.

LA SOLEDAD DESESPERA


No eran mas de las diez de la noche, y Andrés, ya empezaba a impacientarse, había pedido empanadas a la pizzería a eso de las nueve y diez, y el pedido no llegaba, así que tomo el teléfono, fue hasta la heladera, marco el número de la pizzería y llamó, sonaba, sonaba y nadie atendía, espero un minuto mas o menos, corto y remarco, ahora le daba ocupado. Entonces, se dijo para sus adentros, que seguramente había mucho trabajo, era viernes y que seguramente en la pizzería habían faltado un par de repartidores y por eso tardaban mas que de costumbre, dejo el teléfono sobre la mesada de la cocina, agarro una revista Viva y se fue al baño con un cigarrillo a matar el tiempo, entro, se bajo los pantalones, se sentó en el inodoro y se relajo esperando que los intrusos intestinales se dignaran a salir de su cuerpo, mientras leía la columna de Paulo Coelho, sintió un fuerte escalofrío que le recorría todo el cuerpo, se dio cuenta de que el primero estaba viniendo y por como venia la mano, parecía que no iba a ser fácil que salga, dejo la revista sobre el bidé, coloco su antebrazo izquierdo bajo su panza y con la mano derecha se tomó de la tapa del inodoro como Tarzán a la liana, ya lo tenia, estaba casi afuera, después de unos segundos interminables de sudor y lucha constante, le estaba ganando al mal nacido, cuando de repente, siente sonar el timbre, no quiso asombrarse, pero el reflejo es inevitable, levanto la cabeza y todo aquello que había salido de su cuerpo, volvió a meterse como quien emboca una bola 8 en una mesa de pool. Enseguida le agarro el apuro, y no pudo evitar la frustración por no haber logrado su cometido, sin nada que limpiar, subió su pantalón, abrió la puerta del baño nuevamente y fue en busca del portero eléctrico.
-         ¿Si? – pregunto, conociendo la respuesta.
-         Sergio, baja… abrime boludo!
Andrés no podía salir de su asombro, todo lo que había conseguido, lo había perdido por que un pelotudo se equivoco de timbre, no podía creerlo. Pensó en putear al flaco que le corto la inspiración, pero enseguida reacciono y supo que seria demasiado vulgar, así que respondió
-         ¿Quien es?
-         Yo boludo, Cristian.
-         ¿Cristian? Que haces… nene, andate, no quiero verte, no puedo verte, quiero estar solo…
-         ¿Qué pasó? – Pregunto Cristian preocupado.
-         Nada, en serio, andate, esto no esta bien… olvidate de que existo – Dijo Andrés, agarró un zapato que había por ahí, y con el taco le dio a la mesa de madera del comedor.
¿Sergio? ¿Sergio? Preguntaba Cristian ya con mucha preocupación, del bolsillo izquierdo de su camisa tomo su Nextel, intento “handear” a Sergio, pero este le daba apagado, así que enseguida llamo a la policía.
Mientras tanto, una motito pizzera llego al hall de entrada del edificio, se bajo, tomo la caja de empanadas del baúl de plástico donde las traen, fue al portero y toco el 5º”C”, Andrés, no tardo nada contestar, ya que estaba todavía al lado del portero mirando por el canal de vigilancia, cual era la reacción de Cristian. Ya bajo, dijo Andrés, se subió al ascensor, toco PB y salio, le pago al repartidor, le dejó cinco pesos de propina y lo vio a Cristian sentado en el escalón del edificio, notaba que casi lloraba, de repente, ve que un móvil policial, estaciona rápidamente frente al edificio y en doble fila, dio media vuelta, y se fue a su casa a comer empanadas.
Sabía que después de comer, iba a poder cagar tranquilo.


By JML

jueves, 12 de julio de 2012

La adolescencia duele


  Después de varios días sin salir de su habitación, Adrián fue hacia la casa de jorge, su amigo del alma. Fue por decisión propia, ya que sabia que el, podía tener la pieza que le faltaba a su rompecabezas de 1000 piezas, ese que alguna vez habían armado juntos en casa de Jorge.
  Adrián era un obsesivo en cuestiones lúdicas, era una persona introvertida y temerosa y era de esos que en su cuarto, además de cama, mesa de luz, PC, Play y Televisión, tenían juguetes a montones, Rastis a cucharadas, juegos de mesa a roletes y rompecabezas chicos y grandes que ocupan el interior completo de un placard incrustado. Tenia un buen pasar económico, gracias a sus padres, dueños de una importante fabrica de productos de plástico y era dueño de unos 19 años que llevaba con total soltura y desolación. Con la secundaria ya consumada, el solo le dedicaba tiempo a los juegos de su habitación.

  Toca el timbre en lo de Jorge y lo atiende la chica que limpia.
- Hola Adrián! – Dijo la chica, alegre.
- Hola - respondió.
Cristina hizo su cuerpo hacia un costado, y el captando el mensaje, dio el primer paso hacia el interior del living.
- Subí, Jorge está en su cuarto, ojo, esta con Clarita – Comento Cristina con tono cómplice.
Adrián se asomó al pié de la escalera. Como cuidadoso. Sin querer interrumpir. Con su pierna derecha trepo dos escalones y mientras se agarraba de la baranda con su mano izquierda gritó:
- Jor..!!! -  Desde su lugar, Adrián pudo escuchar un ruido fuerte, como si al piso hubiera caído una silla o algo así, y volvió a gritar:
- Jor…!!!.
-¡Si!, ya bajo!!! – Respondió Jorge con vos alta, fuerte y varonil

¿Que había pasado?, en esos segundos desde que Jorge respondió hasta que bajó, Adrián pudo hacerse varias preguntas, cosas que hasta acá, nunca se había preguntado, como por ejemplo, ¿A que juego estarían jugando Clara y Jorge? ¿Por qué no le dijo subí, en vez de ya bajo? ¿Qué juego sería tan divertido como para jugarlo de a dos sin un tercero que altere la situación con comentarios disparatados? Y la ultima y la mas resonante en su cabeza fue ¿estarán jugando estos dos?
Fue ahí cuando llegó Jorge, en su casa tenían loza radiante, así que bajó de esa habitación en cueros, con un Jean que dejaba ver el elástico de su boxer blanco y en medias del mismo color que el boxer. Entonces, Adrián supo responderse, quizá la menos imaginada, pero si la más acertada de sus preguntas y entendió que ellos dos, no estaban jugando, al menos, con Rastis, Rompecabezas, Juegos de mesa o juguetes. Entonces, se sintió mal, se sintió molesto y hasta un poco celoso, por su amigo, y por ahí también, por la situación.


-Que haces nene, no me avisaste que venias – Reclamo Jorge sorprendido,
-Si es verdad, yo tampoco sabía que iba a venir – Respondió Adrián
-¿Que pasó? Estoy con Clara arriba, sos corta mambos eh…  
Jorge le hablaba a Adrián de tal manera, que parecía enojado, pero en realidad, el no se enojaba por eso, incluso Clara, no era nada para el, así que por eso no se hacia problemas.
El problema se lo hacía Adrián, que conocía a Jorge desde los tres años, casi Compartiendo todo el jardín, la primaria, la secundaria, de toda su vida, pero parecía no conocerlo. Adrián logro salir de la situación, diciendo que no se haga problemas, que no era nada importante, que solo venia para ver con el, los cuartos de “La Champions” entre el Barza y el Bayer Munich, e insistiendo ante la insistencia de Jorge por que se quede, abrió la puerta y salio como un amigo que dejaba que su amigo comiera tranquilo.

Cerrar la puerta fue toda una herejía.
Cerrar la puerta en ese momento, simbólicamente, fue como cerrar una etapa de su vida. Ahí se dio cuenta que necesitaba otra cosa, que no podía seguir así y que tenia que cambiar, sabia que debía empezar a salir de noche, que debía tener una vida social un poco mas ajustada a la de los demás y que no podía conformarse solo con masturbarse mirando videitos de “YouPorn”. El ya era grande, y tenía que hacerlo con alguien más, no masturbarse, si no hacer el amor. Así que llegó a su casa y camino a su habitación, se detuvo ante el espejo del living, se miro y dijo: “Todo muy lindo… pero los granos, no me los saca nadie”

  Adrián sabía que su trabajo no seria fácil, y que debería “Lookearse” bastante para salir al mundo exterior.

En ese ínterin, sintió que su padre había llegado de la fábrica y decidió bajar a hacerle unas preguntas sobre la vida misma, sobre la realidad, el día a día, las mujeres y los negocios, el quería hacerse grande de un momento a otro, por que sabía que había perdido el tiempo.
-          ¿Que haces Pa., como estas? – Pregunto inocente
-          ¿Que haces, que te pasó que estás acá abajo, ya armaste todos los rompecabezas que tenias?¿Necesitas mas juegos para la Play?
-          No… Nada, deja, Gracias.
 Esa timidez que había intentado sacarse de encima en las ultimas horas, el padre se encargó de colgársela nuevamente en la espalda como un mochila con ladrillos colorados.
  Adrián estaba ofuscado, sin saber que hacer, Fue hacia su habitación y no sabía muy bien cuales eran sus sensaciones o sus ganas, sus pensamientos pasaban desde matar a su padre a hacerse Emo y auto flagelarse para llamar la atención, pero sabía que eso no era lo que quería.

  El timbre sonaba por primera vez en el día en la casa de Adrián, le restó importancia y esperó a que otro atendiera la puerta, mientras, seguía con la creación de su Blog “La adolescencia, duele”, producto de no querer matar a su padre, ni tampoco hacerse Emo.
Pensó, que quizá, en un Blog podría encontrar respuestas, y comentarios agradables que le ayuden en esta etapa.
-          Adrián..!!! sos boludo, ¿no escuchas el timbre…!!!? - Grito su padre.
  Adrián, resoplo una y otra vez bajando la escalera para ir a atender la puerta, miró por la mirilla y pudo ver, que del otro lado, estaba, nada mas, ni nada menos que Clara, cerró la tapa de la mirilla, y se apoyó de espaldas a la puerta. En ese momento, sintió que un Boeing 747 que pasaba sobre su casa, había sido atacado por una manada de chanchos voladores que perdieron el rumbo y fueron succionados por una turbina del avión, haciendo que este se cayera justo sobre su humanidad. No podía entender que es lo que hacia ahí, Clara, la “amigovia” de su amigo. Su ex compañera de clases. Aunque el sabia que con Jorge no pasaba nada, hacia unas horas ella estuvo en su casa, y, mínimamente, estuvo delante de un Jorge con el torso desnudo.
Otra vez, las preguntas le invadieron el cerebro ¿Qué haría Clara ahí? ¿Querrá una pieza de un rompecabezas? ¿Necesitara que la ayude en algo para la facultad? ¿Querrá saber como salió el Barza? ¿Vendrá decidida a tener sexo con migo?, segundos bastaron para que Adrián sienta al Boeing caérsele encima y que además se hiciera todas estas preguntas, que se acabaron, cuando sintió que Clara tocaba una vez mas el timbre de su casa. Abrió la puerta, y ahí estaba ella, Clara era una chica de generosa delantera, diminuta cintura y piernas que parecían de un manequee, tenia unos ojos del color de las antiguas botellas de vidrio verde, que te hipnotizaban con solo verlos, sus labios eran los mas tentadores que alguna vez, Adrián habría visto, y para colmo de males, una simpatía única.
  Hacía unos largos meses que no se veían, y el episodio en la casa de Jorge, había hecho que Clara tenga ganas de verlo.
-          Hola, Clara¿Cómo estas tanto tiempo? – Pregunto Adrián.
-          Bien, bien… respondió Clara
Adrián, ingenuamente,  intento seguir con el cuestionario bajo el marco de la puerta de su casa, a lo que consiguió un reclamo de Clara
-          No me vas a hacer pasar – Preguntó.
-          Si claro, perdón, Clara... je je..!, respondió Adrián titubeando. Pero sin dejar el humor para otro momento.
Corrió su cuerpo para un costado, al igual que lo había hecho hace unas horas Cristina, y Clara llevo todo ese cuerpo hacia el living, muy suelta, muy despreocupada de la situación, como buscando, valla a saber uno que cosa. Atento, Adrián le pregunto si quería tomar algo, Unos mates, dijo ella con gusto. El estaba en un serio problema. ¿Como le diría a Clara que no tomaba mate y que solo tomaba Zucoa?
  Decidió hacerse fuerte y preparar, sin saber como, unos mates, Fue a la cocina que estaba pegada al living, prendió la hornalla, lleno la pava de agua y la puso a calentar, vació el mate de yerba que habían usado sus padres, lo lavo con agua caliente, y comenzó a recordar momentos que compartía con su madre, mientras ella preparaba mate, el necesitaba saber, como se hacia sin preguntarle a Clara para no pasar vergüenza, así que volcó yerba en el mate hasta la mitad, puso la bombilla y sobre la bombilla, azúcar. A todo esto, sintió voces en la cocina, desesperado, dejo todo sobre la mesada y corrió hacia allá como si fuera en rescate de la princesa acechada por el dragón.
Al llegar al living, vio a su padre hablando con Clara, con miedo de que este le hiciera pasar vergüenza o que le arruinara el momento, solo le salio una frase: “¿Vamos a mi habitación?”, volvió hacia la cocina, agarro una bandeja de plata de su madre, coloco el mate, la azucarera y la pava sobre ella, y haciendo equilibrio, fue caminando hacia el living, Clara saludó al padre, y atenta, le agarro la pava de la bandeja “Dame, que tenemos que subir la escalera y se puede resbalar”, le dijo, a lo que el padre acotó “ja!, se ve que te conoce bien”, Los cachetes de Adrián se volvieron rojos, los ojos, como el dos de oro, y tratando de volver todo a la normalidad y sacando pecho ante tamaña situación respondió: “Me conoce mucho más de lo que vos crees”.
Adrián comenzó a subir esos escalones victorioso, le había contestado a su padre, algo, que quizá nunca habría hecho en otra situación, pero sabia que si en esta no lo hacía, iba a dar una mala imagen ante su vieja amiga. Al llegar al cuarto, Clara le pregunto por sus cosas, “Hay, me muero… seguís siendo un nene, sin saber que decir, contesto:
-          Perdonalo a mi viejo, pareciera que a veces quiere que la pase mal
-          No, todo bien… quedate tranquilo, conozco a los viejos, al de los demás, menos al mío, je! Está todo bien, igual, estuviste rápido para contestarle eh…
-          Si, por eso también te pido perdón, se que por ahí te deje mal parada a vos, pero fue lo primero que se me ocurrió...
-          Nene,¿podes dejar de pedir perdón…?
-          Si, tenes razón… perdoname… huy que idiota, ja!

  La charla se iba tornando cada vez mas suelta, por lo menos para Adrián, que era quien no estaba acostumbrado a esas situaciones. Volcaba el agua sobre el mate y sabia que recordaría esa tarde para el resto de su vida, era la primera vez, que cebaba mate, y, por las caras de Clara, lo hacia muy bien.

  De un momento a otro, mientras los dos estaban sentados en el piso, Clara acerco su cara hacia la de Adrián, y como quien no quería la cosa le dio un beso. El sabia, que ahora si, no se olvidaría nunca más de esa tarde, no solo por que era la primera vez que cebaba un mate, si no también, por que era la primera vez que una chica lo avanzaba y le daba un beso. Nervios, se dejo llevar, apoyo su mano derecha sobre el piso y con la izquierda tomo el costado derecho de la cara de Clara, eran besos muy tiernos, muy apasionados, y cada vez, mas intensos.
Pensaba si tendría, en ese momento, su primera vez, recordaba si tenía preservativos, y recordó, que en una billetera vieja de su mesa de luz, había dejado tres, los mismos tres que llevo a Bariloche por si las moscas y que obviamente, nunca uso. Ya estaba tranquilo, el momento, no podía arruinarse por nada del mundo. Iba a ser ese día, a esa hora y en ese lugar, iba a recordar ese día por cosas mucho mas importantes que una cebada de mate o la avanzada de una chica, iba a recordar ese 12 de mayo, como el día que debuto, el día que tuvo su primera relación sexual y se sentía orgulloso de no pagar por eso.
Se dejaba llevar por la situación, de besos intensos pasaron a manotazos de ahogado con destino incierto, ella, tomo la iniciativa y con sus dos manos, tomo los costados de la remera de Adrián a la altura de su cintura y levantándola, obligo a que este levantara los brazos para que la remera salga de su cuerpo, ya con el torso desnudo, ella comenzó a bajar su cabeza, a darle besos en el cuello y en los hombros, el, mientras tanto, parecía un hincha de un club chico, festejando en el campo de juego donde se había jugado la final de la libertadores, que su equipo había ganado, tenia el rostro sonriente pero sin sonrisa, quería disfrutar de lo que vivía, pero no mostrar demasiado, mientras tanto, ella llego al cinturón, el, acarreado por la lujuria y el placer, tiró su cuerpo hacia atrás y lo apoyo sobre la parte trasera del respaldo de la silla de la PC y coloco su antebrazo derecho, en un balde de Rastis. A todo esto, ella desabrocho el cinturón con sus dos manos, sin dejar de besarle la panza, a pesar de no hacer mucha actividad física, el tenia los abdominales, visiblemente marcados, algo que a ella la excitaba. 
Comenzó a bajar lentamente el cierre del pantalón…
-          No, para! ¿Que estoy haciendo?- Se preguntaba Clara después de haber interrumpido abruptamente la sesión de besos.
Otra vez el Boeing...
-          ¿Que pasó, que hice?- Pregunto asustado.
-          Nada, vos nada, vos sos un divino, pero yo… yo no se que hice, ni que hago acá, o sea, acá, si… esta todo bien, pero haciendo esto, que se yo no se si dá – Confesó Clara muy confundida
-          Claro que dá, como no va a dar, por que no va a dar, ¿Qué pasó? ¿Qué pasa? ¿No te gusto?,¿es mi habitación?, ¿es el boxer?
-          No… ja! Nada de eso, es que hace unas horas estaba con Jorge, y el es tu amigo… y que se yo, y vos también sos mi amigo, y no se si da para cagar todo por una calentura pasajera.




 Adrián, además de tener ganas de mandarla a la concha de su madre por todo lo que estaba escuchando, tenía ganas de decirle:
¿Pasajera? ¿Por que pasajera? ¡Te aseguro que pasas el viernes que viene a visitarme y todavía la tengo parada!; ¿Jorge?, ¿cual es la onda con Jorge?, ¿Pasa algo entre Uds.?, por que hasta donde yo se vos no sos nada para el; ¿Amigos? ¿Somos amigos? ¿De que amistad me hablas? Hace mas de un año que no nos vemos, ni nos llamamos ni se nada de vos ni vos de mi, ni siquiera te tengo en Tweeter, ni en Facebook, vos no tenes mi celu, ni yo el tuyo, no tenes mi pin y vos no tenes BlackBerry, ni siquiera en la reunión con los chicos de la secundaria te vi, ¿así que de que amigos me hablas?

  Pero nada de esto podía decirle, solo podía pensarlo, el necesitaba sacar esta situación adelante, necesitaba remontarla, por el mismo y  por el de abajo, estaba a punto de explotarle y no quería que sea una vez mas contra el inodoro del baño de su habitación, así que resoplo nuevamente, cerró los ojos e intentando convencerla dijo:

-  Esta bien, como quieras, hace lo que te parezca, que se yo, pero creo que no deberías sentirte culpable por todas esas cosas que dijiste, al fin y al cabo estamos solos y nadie tiene por que enterarse de esto, además somos grandes y sabemos lo que hacemos… Pero no te hagas drama, yo te juro que te entiendo y va a estar todo bien.

Adrián parecía muy maduro, con mucha experiencia, como si hubiera vivido un centenar de situaciones similares. Clara se levanto del piso, le pidió perdón, y le preguntó si lo acompañaba hasta la  puerta, el, caminando como “Gargamel” por el intenso momento, la acompaño, abrió la puerta, Clara le dio un beso largo y con los ojos cerrados en la mejilla izquierda, como lamentando lo sucedido, el cerro la puerta y subió corriendo a su habitación.
Definitivamente, recordará ese 12 de Mayo, como el día que se masturbo 8 veces sin ver un video en “You Porn”.

 by JML

viernes, 6 de julio de 2012

Visitas inesperadas


Siempre me hubiese gustado escribir sobre princesas, caballeros con armaduras, dragones, hadas y árboles con vida, pero en algún momento me di cuenta, que no era lo mío, de hecho, me di cuenta, cuando noté que nunca había siquiera, intentado escribir algo sobre eso.

Hoy, voy a contar una historia mas o menos parecida, pero en la era moderna, año 2010 para ser mas exactos.
Cuenta la historia de Cristian, un chico no tan chico, de unos 22 años, en plena etapa madurativa. Un pibe ligeramente culto, con una obsesión irremediablemente gigante por los juguetes, para ir bien al punto, los muñequitos, de cualquier serie, dibujo o película eran su fanatismo, el único requisito que debían cumplir, era que tenían que ser articulados, de ahí en mas, hasta Ken entraba en su colección. Cristian se sentía distinto a todos, sabía que era el “Raro”, que todo el mundo lo miraba de esa manera, y eso fue lo que hizo de el, al chico introvertido que es hoy. El padre, era embajador de un país de habla hispana aquí en Argentina, el y su familia, habían llegado al país hace unos 9 años, y el compromiso y la profesionalidad que el Sr. Embajador tenia para con su país, hacia que ni se acercara a su casa. Su mujer, vivía día a día en reuniones sociales en clubes de golf de zonas residenciales, y llegaba a la casa pasada la hora de la cena y con un par de copas de mas,  tomaba pastillas y se dormía hasta que una de las sirvientas la despertaba cerca del mediodía para empezar nuevamente con su rutina diaria.  La posición económica de sus padres, y la soledad que ellos mismos le generaban, le  deban a Cristian, la posibilidad de encerrarse en su cuarto por largos  días, sin siquiera pisar una vez la vereda de su casa, como una princesa, encerrada en la torre del castillo, pero por decisión propia, bueno, no tan propia.  Sus padres, lo abastecían económicamente para que el pudiera complacer sus caprichos materiales, esos que el mismo se encargaba de comprar vía Internet desde su habitación, y tres sirvientas, eran las que tenia a su disposición para abastecer todas sus necesidades básicas como la limpieza de su habitación, la comida, meriendas, desayunos.
Cristian, vendría a hacer en este cuento de roles cambiados, una especie de princesa abandonada, con dragones custodiando su libertad como lo eran sus propios miedos y frustraciones. Como no podía ser de otra manera, en la historia, hay un caballero, que lejos esta de el, el estereotipo de caballero antiguo, con una gran espada, armaduras de hierros inviolables y fuertes músculos que acompañen la descripción de su fisonomía, este caballero, era ni más, ni menos, que una simple chica de veintidós años, hija de otro funcionario diplomático de algún otro país de habla hispana que residía en la Argentina y que conocía a Cristian por haber hecho el secundario juntos en esos colegios cuyos nombres comienzan con “Saint” y terminan con “High School”.
Ella era la antitesis de Cristian, era una chica muy dada socialmente, muy abierta a nuevas experiencias, le encantaba correr riesgos y salir de su casa, no tenia grandes fanatismos, no se casaba con ningún estilo musical y le encantaban las ferias de artesanos como la del “Paseo Defensa” en el barrio de San Telmo.  Sus padres, a pesar de sus respectivos trabajos, eran personas muy presentes en su vida, que la acompañaban en cada paso importante que daba en ella y tenía una sola sirvienta, que trabajaba con ellos desde su llegada al país hacia ya 16 años.


Nunca más se habían visto desde aquel quince de diciembre del año dos mil cinco, día en el que juntos subieron al escenario de la sala de actos del colegio a recibir su diploma de egresados que era entregado por la profesora de Frances.
Su relación en el colegio era  rara, el de vez en cuando se reía de las ocurrencias de ella, o le hablaba si la ocasión lo ameritaba, pero mucho no se le animaba, el era muy vergonzoso y no sabia ni si quiera como preguntarle la hora sin que ella se ria de el.  Ella varias veces intento acercarse, evidentemente, Cristian era su tipo,  pero el joven e ingenuo Cristian, nunca supo darse cuenta de nada, mucho menos cuando una chica intentaba algo con el.

Eran las diez de una noche lluviosa de invierno, afuera estaba frío y las gotas sobre el balcón de la habitación, interrumpían el silencio que Cristian había conseguido gracias al “día libre” de las sirvientas y a la fiesta de gala que se daba en la embajada. Jugaba a los muñecos, en esos momentos, estaba caracterizando con ellos, una guerra entre los de “M.A.S.K” y los “GI GOE” 1º generación, alguna vez había soñado con ese enfrentamiento y al despertar, se pregunto quien ganaría tan terrible batalla. Gotas de lluvia, silencio y onomatopeyas propias de una guerra despiadada, era lo único que se escuchaba en esa habitación, la música apagada, los perros escondidos y las ventanas bien cerradas ayudaban a generar este clima, a no ser por una sola cosa que Cristian jamás tuvo en cuenta, cuando el “Capitán Fox” estaba a punto de matar al ultimo soldado del ejercito M.A.S.K un sonido interrumpió la ejecución, fue un sonido repentino, lleno de sorpresa y muy agudo, a tal punto, que provoco la exaltación de Cristian, que hizo que el soldado de M.A.S.K cayera y asesinara el “Capitán Fox”. Cristian, no podía creer lo que le estaba pasando, estaba llevando esta batalla hacia donde el quería y se frustro por tan repentino sonido. Se puso de pié, abrió la puerta de su cuarto y bajo en pies descalzos en busca de la cámara del portero eléctrico, necesitaba saber quien era la persona que había interrumpido su juego. Cuando miró la pantalla, no podía ver bien, algunas gotas habían caído sobre la cámara exterior de la casa e imposibilitaban la vista, solo podía dilucidar que era una mujer, por su larga cabellera y un cartera que le colgaba de su hombro derecho, parecía impaciente, miraba la hora a cada rato hasta que sintió otra vez el timbre sonar, Cristian levanto el tubo, dudando, mucho, de lo que estaba haciendo y pregunto quien era, la lluvia, imposibilitaba también que escuchara bien lo que la visitante le decía, así que levantando la voz, le pidió que hablara un poco mas fuerte, del otro lado, obtuvo un grito casi ensordecedor, que lo dejo perplejo. Cristian miró para todos lados. Desesperación, esa es la palabra, la que describía mejor que ninguna otra lo que a el le estaba sucediendo en ese momento, estaba como flotando, se encontraba solo en su casa, con un silencio abrumador y una visita inesperada. Fue corriendo hasta su habitación para ponerse algo en los pies, bajo, casi podría decirse, en una sola zancada y se acerco a la puerta de entrada, giro la llave dos veces, quito la traba de arriba, Lugo la de abajo y abrió la puerta, se quedo mudo, nuevamente, su mente estaba en un estado de regresión total, pensando o recordando aquellos pequeños momentos que había podido compartir con ella en la escuela, las idas y vueltas, sus ocurrencias, el día que subieron juntos al escenario a recibir el diploma y también pensó que desde aquel día no volvieron a verse, entones el interrogante se apodero de el ¿Qué haría ella en su casa aquella noche de invierno lluviosa después de tanto tiempo sin verse?
Apenas segundos le llevaron a Cristian pensar todo esto, cuando volvió en si, volvió quizá con más dudas que certezas, y era lógico, aquella chica extrovertida del colegio que le había quitado horas de sueño en algún momento, se estaba haciendo presente en un momento de soledad absoluta.

- ¿Que haces? – Pregunto Cristian.
- Acá ando - Dijo ella – La verdad es que ni se, que es lo que hago acá, pero estoy…
- Pero… ¿Qué onda, sola… lluvia… noche… años sin vernos, no me vas a explicar, viniste así por que si? – Interrogo Cristian más confundido aún.
- si, que se yo… igual, te pregunto ¿El interrogatorio me lo vas a hacer acá afuera, no me vas a hacer pasar? – Como era costumbre en ella, era quien se encargaba de romper el hielo.
- Si claro, pasá… - Respondió Cristian atolondrado.

La casa estaba vacía, solo la oscuridad alumbraba los pasos de ella, Cristian conocía el lugar de memoria así que apuro un poco el tranco para llegar a la llave de luz, cuando la encendió, ella ya estaba sacándose su piloto negro, el enseguida se acerco, lo tomo y lo llevo hacia el perchero que estaba detrás de la puerta de entrada.

-         ¿Estás solo? - Pregunto ella.
-         Si claro… mis viejos están en una fiesta y a la gente que trabaja acá les dimos el día libre.
-         Ah, mira… y ¿vos que cantas? – Dijo mientras se sentaba en el sillón
-         ¿Yo? Nada, acá… que se yo, se supone que me gusta lo que vivo, pero a veces pienso un poco y capaz, no es tan así… mi vida no cambio mucho, bah, si cambio, antes me encerraba en mi cuarto, bajaba a comer, volvía al cuarto, dormía y al otro día iba al colegio, ahora hago exactamente lo mismo, pero sin ir al colegio…
-         O sea… ¿Estas todo el día encerrado? – pregunto sorprendida.
-         Si, bueno… no se… encerrado, soy un tipo de mi casa, no salgo, no tengo amigos, no me gustan los deportes, no estudio, mis viejos me mantienen, en algún momento pienso en volver a estudiar pero relacionarme con gente ya me tira un poco para atrás… pero para, vos no tendrías que preguntarme por mi, esto no es normal, la situación no es normal… explicame vos, ¿Qué haces acá?
Ella se tomó unos segundos, suspiró fuertemente y comenzó su explicación con una pregunta:
-         ¿Yo quien soy para vos?
-         ¿Cómo, no entiendo…? Respondió Cristian sorprendido
-         Si… que quien soy yo para vos… eso… - Dijo afirmando su pregunta
-         Sos una vieja amiga, creo que así podría llamarse, el tema es que hace cinco años que ni nos vemos, de ahí mi incertidumbre, ¿creo que es lógico no?
-         Mm...… si, puede ser, y vos, ¿como sabes eso…?
-         Uh… ¿eso que?, le estas poniendo mucho misterio a este asunto y no me gusta nada, ¿no podes hablar de una vez? – Pregunto el perdiendo un poco su paciencia.
-         Eso… que hace cinco años que no nos vemos, ¿Cómo sabes? – Pregunto desafiante.
-         Y… por que es mi vida, y yo la vivo desde hace veintidós años, y mas o menos,  hace diecisiete que se lo que vivo día a día, y por eso, se que hace cinco años que no te veo.
-         Bueno, se ve que no entendés, ¿Y si yo te dijera que nunca, escuchame bien, nunca yo deje de verte a vos…?
-         Te diría que estas loca…
-         ¿Sabes quien soy yo? – Pregunto ella nuevamente
-         Uh… basta! Esto me esta cansando y en algún punto, asustando. Pará, fuimos compañeros en el colegio durante cinco años, y después no te vi más…! – Dijo Cristian casi gritando.
-         No te sirve de nada ponerte así – Aconsejó ella – Yo estuve con vos siempre, a veces iba, a veces venia, pero siempre estuve a tu lado, estuve  en el parto, en el que vos naciste, la vi a tu madre sufrir por vos en algún momento, después se le pasó, estuve en tu etapa de bebe, en el jardín, en la primaria, en la secundaria y hasta ayer estuvimos juntos. Siempre fui alguien diferente, por eso pasaba desapercibida, pero siempre estuve…

Cristian se paro asustado del sillón, dio un paso hacia atrás y tropezó con el pie de una lámpara que había al lado del mueble, se lo veía pálido como sin entender lo que estaba viviendo. Le grito que se fuera, que no quería saber mas nada de su vida y que lo dejara en paz.

-         Es imposible que me pidas eso, a veces las personas, no entienden la vida, y se asustan cuando me ven, piensan que yo soy mala, y que vengo a buscarlos por que se me da la gana, pero la vida, es tan sencilla como un video juego, solo hay que saber jugarla, de lo contrario, un gran “Game Over” aparecerá… en este caso, yo, si vos no te preocupaste por aprender a jugar, no es mi problema, no tenes que hacerme culpable a mi de tus propios errores. En tu parto, la  primera persona que viste, sin saberlo, claro, fue un ángel, que estaba justo entre tu mamá y la partera esperándote para darte la bienvenida, para darte la vida, yo, en cambio, voy a ser la ultima persona que veas, algunos me llaman “Parka” otros “La Muerte” en fin, tengo infinidades de nombres que en realidad son sobrenombres, lo que vos deberías saber es que hoy te vas, y yo te llevo, que tu vida, lamentablemente no te sirvió de mucho, de hecho… no SIRVIO de mucho, fuiste como un ente encerrado entre un poco mas de cuatro paredes, con una vida absolutamente chata, sin sobresaltos, ni siquiera llegaste a conocer el sexo, te quedaste estancado en esa vida sin darte la posibilidad de conocer otras cosas, otra gente, de saber que afuera había un mundo, nunca pudiste decir “Hoy hice la buena acción del día”, tampoco nunca ayudaste a nadie… es triste pero es así, lo triste, no es que vos te vas, si no, la vida que llevaste. Jugaste siempre, el primer nivel de tu propio juego.

Cristian, desencajado, volvió a dar un paso atrás, no entendía por que, si el no había hecho nada, la muerte se lo estaba llevando. No hacia deportes, por miedo a la muerte, no cruzaba calles, por miedo a la muerte, no tenia sexo, por miedo a la muerte… NUNCA hizo nada, por miedo a la muerte, y esa NO-VIDA que había elegido vivir, hoy le había traído en persona a su propio final.

En esta historia de princesas y caballeros de roles invertidos, hubo una princesa, “Cristian”, hubo dragones que custodiaban la torre de la princesa,
 “El miedo” y “La frustración”, Hubo una bruja, “Su madre”, hubo un rey absurdo, “Su padre”, Y Hubo un caballero, “La muerte”.

 Como dijimos anteriormente, en este cuento, casi todos los roles, están invertidos, y no seria el caballero quien rescataría a la princesa de la torre para darle vida, si no, todo lo contrario, seria el mismo, quien subiera al cuarto de la princesa a quitarle la vida.

De lo único que la princesa podría arrepentirse al morir, era DE SER PRESA DE SUS MIEDOS Y FRUSTACIONES Y DE NO HABER DISFRUTADO DE LO QUE DEBERIA HABER VIVIDO.



Fin.

By JML

miércoles, 4 de julio de 2012

Juguetes - Obstáculos


Los juguetes de nuestros niños, en algún momento, se transforman en simples obstáculos con forma de juguetes, después de unos años, ellos dejan de usarlos, y créanme, estoy siendo muy generoso cuando digo “Algunos años”.
El punto es, que hace un par de sábados atrás estaba en el patio de casa lo ví sucio y decidí limpiarlo, bueno, en realidad, mi mujer me pidió por favor que lo hiciera. Es un lugar sin techo, con árboles por doquier, pajarillos y palomas dando vueltas por ahí, por lo tanto, el piso, queda realmente sucio después de que estos bichos voladores cagan desmesuradamente como si este fuera un inodoro gigante o algo por el estilo. Cynthia me alcanzó el escobillon, el detergente y la lavandina, para que la limpieza sea un poco más profunda, mi cansancio, aun mayor, y la puta madre que lo parió. Ya resignado, me descalzo para no manchar mis zapatillas Adidas ultimo modelo que traía puestas, que loco, esto de ultimo modelo es una mentira, ¿se dieron cuenta que hoy en día las zapatillas ya no son ultimo modelo? Hoy te sacan una zapatilla nueva por día, y me quedo corto con una, seguramente sacan hasta tres, o ¿Quién sabe? Quizá, millones.
Mi patio, esta dividido en dos, con diferentes alturas y con diferentes pisos, o sea, son dos patios, yo, primeramente, me dirigí al patio de atrás, en donde tengo el “Chulengo”, si ya se, ¿Qué es el Chulengo?, el Chulengo es la parrilla esa que te hacen los herreros con un tacho de 200 lts. de aceite o algún otro combustible, lo parten al medio transversalmente y le meten dos bisagras, de esa manera ya tenes, para que te des cuenta, algo así como una “waflera” gigante pero con forma de tacho de 200 lts. Después agarran unos ángulos de fierro y se lo ponen haciendo las veces de patas, obviamente, le ponen una en cada punta y adentro de la “Waflera” le meten como una rejilla, de acero también, que es donde vas a poner el asado, o en mi caso, los paty´s. Este es el patio, en donde además de los pajaritos y las palomas, también caga Y mea Fiona, mi perra. Como si todo esto fuera poco, cuando llego al patio, me encuentro dos huevos de tamaño “Mini” con dos pajaritos muertos en su interior, se ve que la boluda de la “pájara” mamá quiso salir volando por alguna razón que aun desconocemos y con el envión, empujo los pobres huevitos al vacío, y bueno, dos menos para que caguen en mi piso. Fui otra vez hacia la cocina, Cynthia estaba haciendo una limpieza general en ella, en la cocina… claro. Le pido por favor que me de una bolsa de consorcio para poder tirar los pajaritos, las hojas de los árboles, los carbones húmedos y viejos que quedaron en el Chulengo y los soretes de toda la fauna que habita en mis patios. Vuelvo, y comienzo con la recolección. Asco, mucho asco, eso era lo que me generaba toda esa situación, hice todo lo más rápido posible y me fui hacia la parte de adelante, al bajar el escalón, por quitar una rama de enfrente mío que estaba por darme en el ojo derecho, piso un camión DURAVIT de mi hijo. Aclaración: Los DURAVIT ya no son como eran, estos son de plástico y tienen pinta de garcha terrible, descomunal, alucitropica. Ahora viene la parte donde digo que los juguetes de nuestros niños, se tornan en algún momento, obstáculos molestos que circulan cada metro de la casa como si alguien fuera corriéndolos adrede para que nos tropecemos o lo que es peor, lo pisemos y nos caigamos. Como me pasó a mí. Caigo con toda la fuerza y el peso de mi cuerpo al piso, mejor dicho, a los pisos, por que mi mitad superior reposo en el patio trasero, y la mitad inferior en el otro, para ser mas exactos, el escalón, tenia una contienda muy difícil, pero que ganaría por KO, a mi cadera izquierda. No obstante esto, el palo del escobillon, me dio en la cabeza cuando cayó. En ese momento, mi mente se lleno de preguntas ¿Qué mierda tenia que hacer yo, limpiando el patio de casa de tal manera? ¿Por qué no lo estaba haciendo Cynthia? ¿Cómo es que me distraje con una rama y no pude ver el camión? ¿Qué mierda hacia ese camión ahí? ¿Podría levantarme? ¿Cynthia se habrá dado cuenta de que caí? Lo único que puede responderme, es que Cynthia ni se había mosqueado de mi dificil momento, así que solito y solo, tuve que hacer fuerza, y mucha, para ponerme de pie y hacer lo que tenia que hacer, que a esta altura, tenia mas ganas de entrar al baño y pegarme una ducha, que de seguir haciendo mis tareas hogareñas, pero bueno, como soy bien hombre, seguí limpiando el patio. Fui hasta la pileta del lavadero y coloque la manguera en la canilla del agua fría, la abrí, busque la otra punta de la manguera y me fui otra vez hacia el patio trasero, encaro hacia el con la manguera ya despidiendo agua, y antes de llegar, veo al DURAVIT, no eran como los de antes, pero que resistían, resistían, se había bancado unos 105 kilitos sin rajarse siquiera. Parecía una película de Cowboy´s, lo mire fijo, el me miro fijo, comencé a caminar lentamente con mi mano izquierda en la cintura y la única idea que podía existir en mi mente en ese momento era vengarme con una patada que fuera directa a la parrilla de aquel camión volcador, seguí caminando, en el ambiente solo se escuchaban los pajaritos de mierda y a Ricardo Arjona cantando siempre en el mismo tono, muy de fondo, mientras le hacia compañía platónica a mi mujer que ahora, limpiaba el living de casa. Pensé que nada podía arruinar ese momento y que la venganza vendría inminentemente, levante hacia atrás la pierna derecha, llevando mi talón hacia la nuca, y la deje caer con unas ganas únicas, mientras que a mitad del viaje, siento: ¡¡¡ Tano!!!,
Y ya estaba, la cagada ya estaba hecha, le encaje una patada a ese camión, que en la vida se va a olvidar de quien soy, pero yo me tenía que bancar el vuelto, al darme vuelta tendría a mi señora en fiel defensa del juguete de su hijo, el sermón comenzó sin darme lugar a que le explicara nada. Dije si mi amor, me di media vuelta, y encare otra vez hacia el patio trasero a terminar de baldearlo.

Lo único que me queda claro en todo este tema, es que me di cuenta de que las mujeres son fieles defensoras de los “Juguetes – Obstáculos”, que no querrán tirarlos por nada del mundo y que les cuesta mucho entrar en razón y darse cuenta de que ellos tienen una vida útil, como los preservativos. Quizá, lo hagan a la fuerza cuando vean al hijo de 13 años sentado sobre el caballito azul de goma con sus dos manitas agarrando las orejas con forma fálica de esta diabólica criatura, o masturbarse contra el muñeco vinilico que nunca se cae.


“Solo la soledad trae buenos pensamientos, aunque tenga mala prensa, de vez en cuando es bueno acudir a ella para obtener buenos resultados”